Naturaleza instagramable en Braganza para visitar en invierno

La ciudad más nororiental de Portugal. Si está pensando en reunir paisajes, gente, comida (y algo de frío), Braganza puede ser la ciudad que debe añadir a su itinerario de invierno.


Recorrer unos cuantos kilómetros puede merecer la pena y en este artículo te mostramos los lugares que te harán abandonar la comodidad de tu casa.

Carretera Nacional 103:
Se extiende a lo largo de 260 km y conecta Bragança y Neiva (Viana do Castelo). Esta carretera mostrará todo su esplendor tanto en otoño, con el cambio de color de las hojas, como en invierno, si la suerte le acompaña y se encuentra con un manto de nieve. La N308 también merece una visita, ya que atraviesa el Parque Natural de Montesinho y muestra lo más bello que ofrece Bragança.

Parque Natural de Montesinho:
A las puertas de la ciudad de Braganza, se encuentra la extensa mancha verde del Parque Natural de Montesinho, una de las mayores áreas naturales protegidas de Portugal. Un encuentro con la naturaleza salvaje donde no faltarán maravillosas cascadas y playas fluviales para disfrutar y fotografiar.

Río de Onor:
Distinguida como una de las 7 Maravillas de Portugal-Villages, esta aldea insertada en el Parque Natural de Montesinho es atravesada por una línea invisible de la frontera entre Portugal y España. Puedes hacer fotos junto a las típicas casas de esquisto.

Gimonde:
Si buscas lugares instagrameables, Gimonde es una parada obligada. El encanto del mundo rural al que no le será indiferente y donde también encontrará las estrechas calles de piedra y las típicas casas xisto que las complementan.
El pueblo está atravesado por el río Onor y el río Sabor, lo que requirió la construcción de dos puentes, el más antiguo de esquisto y el más reciente de granito. En el Parque del Río de Onor hay otro paso al otro lado del río, esta vez para saltar los pólderes. Quédese en el centro de los pólderes y verá el magnífico registro que tendrá.

Ya dentro de la ciudad de Bragança descubrimos el corredor verde, las pasarelas que siguen el río Fervença y que llevan al Centro de Ciencias Vivas de Bragança, la Casa de la Seda, el mirador de la Capilla de Nossa Senhora da Piedade, el verde y espléndido Parque Urbano.

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