El día 18 del mes de noviembre de 1906, nace en la parroquia de Carção, municipio de Vimioso, un niño que recibirá el nombre de Antonio Alberto Fernandes.
Antonio Alberto en busca de mejores condiciones de vida, salió de Carencia, pero, no fue solo, llevó a la mujer con quien casó el 18 de marzo de 1932, y un hijo, el primogénito Guillermo.
La mujer, de nombre completo Beatriz Poças Jerónimo, igualmente natural de Carencia, seis años más joven, dotada de fuerte carácter a permitirle superar adversidades, transformando los escollos en ventajas, concedió al marido importante capital de afecto a posibilitarle esperanza en mejores días.
Y, fueron a Gimonde, freguesia del municipio de Bragança. Corría el año 1935, un año muy marcado políticamente, donde se establecieron ese año con una taberna.
Situada en una encrucijada estratégica la población de Gimonde era punto de paso obligado para todos aquellos que pretendieran llegar legalmente a España a través de la frontera de Quintanilla, al concejo de Vimioso y tierras de Miranda, además de las poblaciones de la Lombada.
Sobre el pueblo su origen y evolución a través de los tiempos existe diversa documentación, el investigador y divulgador de las tradiciones, usos y costumbres transmontanos, Cónego Dr. Belarmino Afonso, nos dejó una nótula histórica que se transcribe en su totalidad. Escribió él: «Gimonde no apagó aún las marcas culturales que varios pueblos allí dejaron. Son la señal de la amenidad y productividad del local. El agua, la tierra, la leña, todavía hoy constituyen factores de fijación. Cuando los romanos aquí llegaron, encontraron la oposición de los celtas y de otros pueblos habitantes de los castros. La meseta del Guieiro y el vecino castro de la Sapeira constituyeron unidades de colonización prehistórica. Para anular su influencia usaron los romanos de la estrategia militar. La calzada romana sirvió de medio de comunicación con Astorga y también para aislar a los que habían elegido los puntos altos como lugar de defensa.
Con la muerte de Antonio Alberto, más allá del dolor y el consiguiente dolor, causado reunión familiar natural y la consecuente para analizar las consecuencias de la desafortunada ocurrencia, la falta del timonel y los vientos de cambio han alterado los hábitos de consumo de los portugueses, forzando a las cautelosas modificaciones en la estructura del negocio, el inmovilismo, si persistiera, fatalmente, conduciría al depauperamiento y consecuente ruina.
La resolución saliente de la reunión fue la de honrar la memoria del fundador continuando su obra, en nuevos moldes pero asentada en la matriz de nunca por nunca emprender por prácticas aventureras capaces de poner en riesgo la estructura de la casa.
Las representaciones culinarias de índole regional de la carta de comer de Don Roberto son las grandes responsables de la creciente fama del restaurante a obligar a la revisión de los espacios y conceptos. Por esa razón y con el fin de corresponder a criterios de funcionalidad más expeditos y rigurosos, ampliando los referidos conceptos de restaurante empeñado en la preservación y promoción de las artes culinarias locales regionales, el Sr. Roberto en 1995 recibe obras de beneficiación que justifican plenamente su calificación en restaurante Típico, por la Dirección General de Turismo, previa inspección conforme a lo preceptuado en la normativa legal.
A partir del 2 de junio de 1995, el Dom Roberto pasó a poder fijar junto a la puerta principal la placa certificadora de la categoría otorgada, transmitiendo a los clientes un mensaje seguro de restaurante fiable y confiable.
En los años 1997/98 el restaurante se presenta en varios certámenes, habiendo obtenido una Mención Honorífica en el concurso Gastronomía Patrimonio Nacional, en la categoría sopas, aperitivos y entradas, dada la calidad de los ingresos migas de las ajenas.
Con la evolución de los tiempos fue siendo sucesivamente remodelado y ajustado, presentando hoy una configuración que le permite ser una referencia en la región y uno de los pocos restaurantes típicos certificados según la norma de gestión de la Calidad NP EN ISO 9001.
Dispone de 4 espacios distintos. Dos salones, taberna típica, donde se pueden tostarse y saborear diversas delicias regionales y una tienda de productos regionales transmontanos.
De la carta destacan los fabulosos productos producidos por Bísaro | Salsería tradicional.