El Parque Natural de Montesinho se encuentra en el Braganza (Portugal). Tiene una dimensión de cerca de 75 mil hectáreas. Reconocido en 1979 como Parque Natural, tiene actualmente 9.000 habitantes, 92 aldeas. Situado en la Tierra Fría transmontana, las temperaturas varían entre – 12º C y 40º C.
En el caso de que se trate de una de las más importantes, la Sierra de Montesinho, al norte de Braganza, y la Sierra de la Coroa, al norte de Vinhais, presentan un relieve heterogéneo, con mesetas onduladas cortadas por profundos valles encajados, así como algunas sierras, de las cuales las dos más importantes son la Sierra de Montesinho, al norte de Braganza, y la Sierra de la Coroa, al norte de Vinhais. Las altitudes varían entre los 1486 metros, en la Sierra de Montesinho y los 438 metros en el lecho del río Mente.
En él existe una extensa biodiversidad, habitando especies como el lobo-ibérico, la cierva o el venado.
Situado en la tierra fría transmontana, los xistos son las rocas dominantes, pero todavía se pueden encontrar granitos, rocas ultrabásicas y pequeñas manchas calcáreas.
El PNM confluye al norte con España, recorriendo la frontera con las comunidades de Galicia y Castilla-León, y al oeste ya este también con España (Galicia y Castilla-León, respectivamente). En el oeste hace por breve trecho frontera con el municipio de Chaves, siendo que al sur continúa inserto en los municipios de Vinhais y de Bragança.
El PNM es atravesado por algunos de los cursos de agua más importantes de la cuenca hidrográfica del río Duero.
En la parte brigantina, existen los ríos Sabor, Manzanas y Baceiro. El Sabor nace en la frontera con España, en las cumbres de la Sierra de Montesinho, pasando a poca distancia de Bragança. El Manzanas nace en España, y hace la frontera internacional en dos tramos distintos, constituyendo la frontera más a este y más al sur del PNM. El Baceiro nace también en España, siendo el más pequeño de los ríos principales del PNM. En su recorrido existe un importante vivero de truchas, aún inserto en el PNM, junto al Puente de Castrelos (EN103).
En el área viñaense, existen los ríos Mente, Rabaçal y Tuela. Todos tres nacen en España, siendo los dos primeros oriundos de Galicia, y el último de Castilla-León. El Mente hace en parte de su recorrido la frontera internacional, constituyendo la frontera oeste del PNM. En él se encuentran las aguas termales de Sendim / Segirei, compartidas por los municipios de Vinhais y Chaves. El Rabaçal es uno de los dos ríos (el otro es el Tuela) que forman el río Tua, aguas arriba de Mirandela. Dentro del PNM ofrece el ocio de una playa fluvial junto al puente de la carretera Sobreiró de Arriba (una de las entradas de la Ruta de la Tierra Fría) – Zona de Lomba. Es además la serie de montañas entre los ríos Mente y Rabaçal que formaron el término Tierras de Lomba, por su perfil continuo ondulado entre los dos valles. Estos dos ríos corren muy próximos al norte, se alejan progresivamente a medida que caminan hacia el sur, pero se acercan nuevamente y acaban por confluir, formando una península o lomba. Fruto de su aislamiento, esta región llegó a ser un municipio por varios siglos. El Tuela, que pasa a poca distancia de Vinhais (aquí, ya fuera del PNM), ofrece como atractivo dos playas de gran demanda, siendo una de ellas recostada a la frontera del PNM en el Puente de Soeira (EN103).
Estos ríos, de valles profundos y aguas ora cristalinas ora negras, con propiedades termales o simplemente refrescantes para el calor tórrido del verano de la región, serpentean valles tan deprisa inhóspitos como verdes y llenos de vida, tanto animal como vegetal. Son todavía puntuados por ancestros molinos, en su mayor parte todavía utilizados por la población, y atravesados por milenares puentes romanos. Es atractivo para la práctica de la pesca, con ejemplares de truchas, bogas, barbos y escalos.
Hay una gran diversidad de fauna y flora en el PNM. Los orzales, estevas y giestales, comúnmente llamados matorrales, ocupan amplios territorios de suelos abandonados por la agricultura, orillas de bosques o terrenos otrora ocupados por un bosque autóctono. Los matorrales, y particularmente los que ocurren a mayores altitudes, son biotopos de extrema importancia para diversas especies de la fauna silvestre. Los lémeros, también denominados prados o pastos de montaña, se encuentran asociados a gran parte de las zonas ribereñas que recorren el PNM. Los suelos de castaños representan la mayoría de los terrenos agrícolas que se encuentran ocupados con cultivos perennes. Ocupan vastos territorios de la región y su importancia es tal que resulta difícil imaginar la vida en estas paradas sin la existencia de estos frondosos árboles. Los bosques de encina, conocidos por sardales, ocurren en las áreas menos elevadas del PNM, a lo largo de laderas declives y soleadas. Finalmente, los bosques de roble-negral son uno de los principales tipos de vegetación arbórea autóctona que ocurre en el Parque haciendo parte de un continuo que se prolonga hacia el sur, hasta la sierra de la Nogueira.
El PNM se encuentra entre las zonas de montaña más importantes para la fauna a nivel nacional y europeo. Una parte importante de la fauna terrestre portugués está representada aquí contando unos doscientos cincuenta especies de vertebrados y el reconocimiento de una riqueza elevada y también la diversidad de los invertebrados.
Se destaca la presencia del lobo-ibérico, del venado, del topos de agua, del gato-bravo, del murciélago-de-herradura-grande y del ratón de los lameiros. Hay cerca de 160 especies de aves, incluyendo el águila real y la cigüeña negra.